Este domingo, a las 7.50 hora local, un avión con destino a Bangkok despegó del Aeropuerto Internacional de Beijing Daxing en Pekín. Apenas una hora y media después, a las 9:13, un avión procedente de Londres hizo su aterrizaje. Dos momentos históricos que marcaron el inicio de las actividades de este aeródromo, el más grande del mundo, con 700.000 metros cuadrados de superficie. Ubicado unos 50 kilómetros al sur de la capital china, ha sido concebido con apariencia de animal mitológico: en concreto, la de un ave fénix en pleno despliegue de sus alas. Hay quienes le sacan otro parecido, por lo que también se le empieza a conocer ya como ‘la estrella de mar’.
Como no puede ser de otra manera con semejante proyecto, hay grandes esperanzas depositadas en él, con forma de cifras monstruosas. Se calcula que en 2025 pasarán por sus terminales cerca de 72 millones de pasajeros.
Una de las dos grandes ocupantes del nuevo aeropuerto será China Eastern, socia de Air Europa dentro de la alianza SkyTeam. Dispone de una flota moderna, con una media de antigüedad menor de 6 años, y una red que además de China abarca Japón, Corea, el Sudeste de Asia, Europa, América y Oceanía. En total, vuela a 257 destinos en 35 países.
China, por delante de Estados Unidos en 2022
En 2037, el país registrará 1.600 millones de viajes en avión al año, es decir, más de 1.000 millones de pasajeros más que en 2017. La aviación comercial se halla (también) en pleno crecimiento en el gigante asiático. En 2017, el volumen de pasajeros creció un 13%, y no precisamente sobre una base pequeña: 552 millones de viajeros en un país con casi 1.400 millones de habitantes. La proyección de estos y otros datos hacen que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) anticipe que en breve China será el mayor mercado de aviación civil del mundo, por delante de Estados Unidos. Si todo va según lo previsto, el ‘sorpasso’ se producirá en 2022.
