Una de las estampas más universales de la Navidad en todo el mundo es la de Nueva York, y dentro de la Gran Manzana, entre las avenidas Quinta y la Sexta, la de Rockefeller Center. Su pista de patinaje, escenario de cientos de películas, es un rincón familiar incluso para quienes nunca han visitado la denominada capital del mundo. (Por cierto, quienes al fin lo visitan suelen quedar sorprendidos porque la pista es mucho más pequeña de lo que parece en la gran pantalla).
Tan importante como las luces y los patinadores es el árbol de Navidad del complejo. No es un árbol cualquiera y, como se puede imaginar, requiere de un cuidado proceso de selección. El Rockefeller Center recibe cada año decenas de propuestas de familias que quieren que su árbol resulte elegido. El de este año 2019 ya ha tenido lugar, y el agraciado ha sido un ejemplar de pino abeto noruego de la Villa de Florida en Orange County (Nueva York).
El árbol será cortado el próximo jueves 7 de noviembre y será presentado en sociedad dos días más tarde. A cambio, el Rockefeller Center se compromete a plantar un árbol joven en su lugar. Además, tras las fiestas navideñas será donado a la asociación Hábitat para la Humanidad, que empleará su madera en futuros proyectos.
La llegada del árbol a Rockerfeller Center y su iluminación, retransmitida por primera vez por televisión en 1951, es una de las grandes tradiciones anuales de la ciudad de Nueva York, y marca el inicio de unas fiestas que dan a la ciudad un color aún más especial.
Las luces se encenderán el domingo 10 de noviembre a las siete de la tarde, durante un acto entre las calles 47 y 50 con la Quinta Avenida que contará además con músicos invitados y las famosas bailarinas Rockettes. Así fue el encendido del árbol el año pasado.
